La vela pesada del norte necesita la recuperación de la Regata Rías Altas

La vela pesada del norte necesita la recuperación de la Regata Rías Altas

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Salida de la Regata Rías Altas desde el mismo centro de La Coruña en 1979, con un nivel increíble: "Ardora", "Lanzal", "Dente do Can", "Coruña", "Salseiro", "Alcaraván"...

Salida de la Regata Rías Altas desde el mismo centro de La Coruña en 1979, con un nivel increíble: «Ardora», «Lanzal», «Dente do Can», «Coruña», «Salseiro», «Alcaraván», «Mascato»…

Patético y preocupante el deambular de una de las regatas señeras de la vela pesada española, de la Regata de las Rías Altas que acaba de cumplir su 43 edición. Tras dos años de esperanza, el 2013 cuando se rozaron los 20 barcos y el 2014 cuando se superaron ampliamente, con claros síntomas de recuperación… ha vuelto a caer en cifras no del pasado glorioso, sino del pasado más oscuro.

Personalmente llevada por el singular presidente actual del Náutico, inmerso en varios procesos judiciales fruto de las últimas elecciones que tuvieron un final rocambolesco y digno de la España más profunda, las ediciones 2015 y 2016 han sido de todo menos bonitas. El año pasado hubo ¡tres barcos participantes! lo que batió todos los desastres habidos y por haber. Este año se maquilló algo este asunto con un total de once barcos inscritos para la galería, pero que realmente fueron siete u ocho a lo máximo. Lo de este año muy malo, lo del pasado reciente espantoso.

Pero las andanzas de este presidente, que todavía no tiene aprobadas por la asamblea de sus socios las cuentas de los ejercicios de varios años provocando una división interna gravísima, no paran aquí. Se permitió expulsar incluso como socio del Club, a uno de los comodoros de más prestigio entre los clubes náuticos españoles, como lo es Antón Pellejero… simplemente porque le hizo ver el fracaso de su gestión. O invitó a marcharse de su equipo a Julián y Javier Ojea armadores del mayor barco de todo el Atlántico en lo que a puras sangres se refiere: el «Hansa» un X-62 de Niels Jeppesens. Todos estos avatares han provocado el hundimiento de esta histórica regata, en la que por hacer tonterías y pantomimas, el presidente asustado en 2015 reunió en una cena reparto de premios a amigos y gente de otros deportes para que «El Corte Inglés» no se diera cuenta de sus hazañas.

La vela española de crucero necesita que el Rías Altas se recupere. Necesita que el Real Club Náutico de La Coruña, de una vez por todas vuelva a ser el líder incuestionable de la vela pesada del norte de España, en unión del Marítimo del Abra, el de Santander, el Astur, el Náutico de Vigo y el Monte Real Club de Yates de Baiona… pero para ello habrá que trabajar a tope. El daño que Manocho le ha hecho al Rías Altas es tan grande, que va a costar muchísimo recuperar cotas de antaño.

Se presume un otoño caliente con las andanzas judiciales de este presidente singular, en octubre hay señalados juicios sobre lo que ocurrió. Ojalá la paz llegue de una vez por todas a este histórico Club y podamos celebrar una edición del Rías Altas a corto plazo como las vividas entre 1977 y 1982, o como las más recientes de 1998 al 2001… ¡LA VELA PESADA ESPAÑOLA LO NECESITA!

Manuel Pedro Seoane
Fotografía: Archivo Familia Vilariño 

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