El maillot amarillo nuevamente para Cataluña

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El maillot amarillo nuevamente para Cataluña

Sin competición, no hay desarrollo en la economía. Dicen los expertos económicos, que las confrontaciones locales o regionales entre empresas han provocado históricamente las grandes multinacionales. Es reconocida la lucha francesa entre Citroën y Peugeot, no menos lo es el duelo entre Coca Cola y Pepsi en EEUU o la de IBM y NCR también en norteamérica. En nuestra pequeña pero gran España, en lo que a le vela se refiere hubo tiempos en que la Regata Rías Baixas lideraba el concierto nacional.

Cuando en Vigo se alcanzaban los 50 barcos en la Copa del Rey no llegaban a la veintena,…, me refiero a aquel Campeonato Internacional del Mediterráneo que se celebraba en aguas de Barcelona. Antes en el mundo del snipe que tuvo su importancia en los 50, 60 y 70 incluso, la competencia entre San Sebastián, Las Arenas, Santander, Gijón, La Coruña, Vigo, Alicante, Málaga, Palma y Barcelona, logró nivel, calidad y prestigio para todos, ¿quién ganaba?,…, es lo de menos. Lo que si está claro es que la vela.

En los 80 de la mano de Rafael Olmedo el Monte Real subió como la espuma en Galicia. En el sur con Angel Ruiz primero y Joselito Escribano después, dominaba el Real Club Náutico del Puerto de Santa María,… En el Mediterráneo quien tiraba y mucho era el Real Club Náutico de Barcelona, y también el Real Club Náutico de Palma. El norte contaba con un activo club en su línea, el Real Club Marítimo de Santander y en Euskadi el Abra, uno de los más grandes reaccionaba a tanta desgracia y comenzaba a estirarse.

La lucha incruenta, lo era entre Bayona y Barcelona, entre El Puerto y Palma, o entre Bayona y El Puerto. A nadie se le ocurría pensar en el Club de Yates que se hacía en el Club de al lado, el «enemigo cordial» era Náutico de Barcelona, o con quien no se podía coincidir en fechas era con la Semana Náutico del Puerto de Santa María. Todo esta ajetreo y la presencia de personajes muy ilustres como Arias, Vissiers, Curt, Santana, Jáuregui, Milmi Suevos, Toubes & Toubes,Gándara, Lastra, Delgado, Terry, Gorostegui, Abascal, Maes, Santamarina, Pombo, Campos y sobre todo el gran Marcial, conformaron un marco en el que la vela española creció enormemente, tanto en el plano la vela olímpica, como en la pesada.

¿Cuantos barcos sacó el Godó?, se preguntaban los socios de Bayona, ¿había mucha calidad el Sherry? pensaban otros. En aquel maremagnum nació la Regata Vuelta a España y los rivales nos unimos para lograr varias ediciones de éxito. Regatas como el General Optica que era la versión atlántica del Godó, o el Sherry que era la mejor regata de España o después el Príncipe que competía de tú a tú con la Copa del Rey,…, ¿y ahora qué?,…, pues que sencillamente el desastre ha sido generalizado y que muy pocos han sabido seguir la senda de lo que está bien hecho, la senda de la lealtad a su propia esencia.

En este plano, y con la excepción de la Copa del Rey, el líder destacado es la vela catalana, que ha vuelto a coger el timón de la española. Con un Conde de Godó espléndido, con una Barcelona World Race espectacular, con una regata de clásicos de la mano de Marc Puig con una calidad fuera de la norma. Barcelona cuenta con una directiva de navegantes y regatistas envidiable, que me recuerda a la que tuve yo en Bayona en los años 80 y 90,…, curiosamente algunos de los que hoy rigen los destinos o los han regido recientemente del club catalán venían al Monte Real Club de Yates cuando éramos más jóvenes, a competir o incluso a ejercer tareas dentro del staff.

¡Enhorabuena tenéis el maillot amarillo y merecidamente!

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