
Cuando Eduardo VIII de Inglaterra visitó el Real Club Náutico de Vigo
Cuando Eduardo VIII de Inglaterra visitó el Real Club Náutico de Vigo

Eduardo Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha pasó a la historia como Eduardo VIII… en la imagen del genial Pacheco paseando por la calle frente al Náutico en su ubicación actual… que se denomina actualmente Montero Ríos (Foto Pacheco, Asociación Hermérico)
El 19 de enero del lejano año de 1931, acompañado por Pedro Barrié y Ricardo Rodríguez Pastor… acompañaron al Príncipe Eduardo, que sería proclamado Rey de Gran Bretaña como Eduardo VIII… en un curioso viaje que realizaron a Vigo, tras presidir en La Coruña la colocación de la primera piedra del monumento dedicado al general británico John Moore, héroe de la batalla de Elviña de la Guerra de la Independencia.
El cortejo real británico procedía de Santander, a donde habían llegado tras un largo viaje de automóvil desde París, y de la ciudad cántabra embarcaron en el Oropesa llegando a la ciudad herculina. De ahí se dirigieron a Vigo ocupando tres vehículos, que paraban en Santiago de Compostela, antes de alcanzar la ciudad olívica.
El alcalde vigués Manuel San Román, cuando eran las ocho de la tarde les recibió en la Plaza de la Constitución, sede del antigúo Pazo Municipal de la Ciudad… una plaza que estaba repleta de ciudadanos que vitorearon al heredero de la corona británica, a la par que la Banda del Ayuntamiento hacía sonar las notas del himno del Reino Unido.
Las autoridades viguesas posteriormente ofrecían al Príncipe Eduardo y su séquito una cena de gala en el Hotel Continental… de ahí la expedición visitó las instalaciones sociales del Real Club Náutico de Vigo, que se encontraban en aquellos años en los bajos del Gran Hotel, situado en la conocida Puerta del Sol.
Posteriormente, el séquito inglés se dirigió al Hotel Continental, donde el Príncipe de Gales despachó correo antes de asistir a un cena en compañía del alcalde de Vigo, el capitán general de Galicia, el cónsul inglés en la ciudad y los banqueros coruñeses. El que sería Eduardo VIII se deshizo en elogios a la belleza de la ría de Vigo, comprometiéndose a donar sendos trofeos con su nombre, para las regatas de vela del Real Club Náutico, así como el Concurso Hípico Internacional.
Manuel Pedro Seoane
Editor Náutica Digital
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