Antecedentes e Historia de las Academias de la Armada

Antecedentes e Historia de las Academias de la Armada

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Infografía de los años 40 sobre la ENM de Marín, obra de PPKO.

Infografía de los años 40 sobre la ENM de Marín, obra de PPKO.

España, que desde el siglo XVI poseía un vasto imperio al otro lado del Atlántico y que por tanto tenía su centro de gravedad en medio del mar, ha carecido por completo de mentalidad naval, lanzándose a través de los siglos, a realizar políticas continentales en lugar de empeñarse en una marítima. Al terminar su reinado en España la Casa de los Austrias en 1700 y llegar al poder la de Borbón en la persona de Felipe V, era notorio el estado de ruina y postración a que había llegado el Reino. Las Fuerzas Navales estaban reducidas a los buques destinados al comercio de las Indias. Algunas galeras consumidas por el tiempo y el ocio permanecían fondeadas en Cartagena. Los arsenales y astilleros estaban vacíos y se olvidaba el arte de la construcción naval. Tal estado de cosas fue agravado por el desastre de la Batalla de Rande (Vigo 1702), cuando el almirante inglés Rooke destruyó la flota de galeones de Indias. Sin los armadores particulares y los corsarios, la bandera de España había desaparecido, en aquel entonces, de los mares.

Con la Casa de Austria la Marina de Guerra se asentó en el ostracismo, incomprensiblemente.

Con la Casa de Austria la Marina de Guerra se asentó en el ostracismo, incomprensiblemente.

Afirmada la Casa de Borbón en el trono, uno de los primeros cuidados del nuevo monarca fue el restablecimiento de la Marina de Guerra. Felipe V nombró una Junta presidida por el Duque de Veragua con la misión de proceder a la construcción de buques, tanto en los astilleros españoles, como en los de las Indias. Desde 1621 había solamente un secretario de despacho para todos los negocios del Estado. Por decreto de 30 de noviembre de 1714 se aumentaron a cuatro secretarías: una para los negocios del Estado, otra para los de la Guerra, la tercera para los de Justicia y la última para los de Marina, siendo su primer titular don Bernardo Tinajero de la Escalera. Creada ya la Secretaria del Despacho del Ministerio de Marina, renaciendo como por milagro el comercio español al socaire del fomento de nuestro armarnento marítimo. El 28 de enero de 1707 es nombrado Intendente General de Marina don José Patiño con orden de pasar a Cádiz a ejercer su empleo; al mismo tiempo se le confería la Superintendencia del Reino de Sevilla y la presidencia del Tribunal de Contratación que en ese año fue trasladado de Sevilla a Cádtz. Patiño dio impulso a las nuevas construcciones, mejoró los arsenales, fundando en 1717 uno en Puntales de historia poco conocida, en el que se botó en presencia de Feüpe V el navío Hércules, de 70 cañones. Unificó todas las escuadras ya que hasta entonces se consideraban como escuadras autónomas
y totalmente distintas las Marinas de las galeras del Mediterráneo, la de las costas de la Península en el océano y los galeones de Indias. Además publicó nuevas instrucciones cuyo título fue «Instrucciones sobre diferentes puntos que se han de observar en la Marina con fuerza de Ordenanza».

Los Borbones le dieron un aire nuevo a la Armada, impulsando la formación de los alumnos. En 1769 la Compañía de Guardias Marinas se instaló en la Casa del Sacramento en San Fernando.

Los Borbones le dieron un aire nuevo a la Armada, impulsando la formación de los alumnos. En 1769 la Compañía de Guardias Marinas se instaló en la Casa del Sacramento en San Fernando.

Apertura a la modernidad

Creado el Cuerpo General en 1710 se planteó la formación del numeroso personal necesario, pues como decía Patiño a Alberoni:  «De nada sirven buenos navíos sin buenos oficiales, pues buques se pueden
lograr en pocos meses y se necesitan muchos para formar a los oficiales  que sepan mandar con diginidad esos navíos». Hasta entonces, quienes dirigían las naves era personal casi autodidacta, empírico por demás y con escaso bagaje científico, destacando los beneméritos pilotos que había en el Colegio de San Telmo, de Sevilla (creado en 1629 por la Cofradía de Maestros y Dueños de Naos de la Carrera de Indias),
mientras los capitanes de los bajeles y los cabos superiores de las escuadras no eran sino, a lo sumo, buenos soldados con hábitos de mar y hasta duchos en achaques de maniobrar en ocasiones de tiempos y
enemigos, más ayunos de la ciencia del pilotaje, y sus auxiliares, que ya con la  ayuda de la trigonometría y mejores instrumentos, se iba alejando de aquellos oscuros astrolabios y ballestillas .

El acceso al Arsenal de Cartagena, donde en 1977 se establece una de las tres Academias de la Marina Española.

El acceso al Arsenal de Cartagena, donde en 1977 se establece una de las tres Academias de la Marina Española.

Era habitual que cada comandante se rodease de cuatro jóvenes que se educaban a bordo rutinariamente y que a fuerza de años, navegaciones y combates adquirían la experiencia, no siempre suficiente, que a través de sucesivos nombramientos les encomendaba el mando de bajeles y aun de escuadras. Habían aparecido ya los senistas, los aplicados ante la mofa de los más necios que aseguraban que desde que había senos se habían perdido más bajeles, y Patiño, con su fino instinto creador, supo ponerse de parte de aquellos creando una academia y un plan con gélidas bases científicas, desdeñando la que a su modo, funcionaba en Cartagena para los Guardias de Estandarte que venían a ser los Cadetes de la Marina de las Galeras ya decadente. Algunos jóvenes pasaron a estudiar a Francia (el célebre Don Blas de Lezo fue uno de ellos), pero la orgarización francesa dejaba mucho que desear, y aunque los Gardes de la Marine se reclutaban entre la nobleza del país, su escuela pasó por verdaderos momentos de abandono y poco de ella se podía copiar. Los ingleses, aunque ya casi predominantes en la mar, formaban a sus oficiales desde chiquillos junto a capitanes incluso mercantes, sin gran técnica ni disciplina, siquiera con mucha experiencia y técnica de la mar. Patiño pensó educar a la juventud noble aprovechándola para la Armada y adoptó un sistema mixto entre la fórmula francesa y la inglesa. A finales de 1716 la idea de la creación de la Compañía de Guardias Marinas en nuestra Armada era una cuestión decidida, cursándose cartas a las distintas provincias marítimas con instrucciones sobre la elección de los futuros cadetes.

Los primeros tiempos

La llamada al servicio de la Armada Real a lo más florido de la juventud de la nobleza española tuvo inmediata respuesta y el 7 de febrero de 1717 se les forma asiento a un primer grupo de treinta ysiete caballeros. El primer asiento que figura en el libro maestro de la compañía corresponde al Príncipe de Yache, hijo primogénito del Principe de Campo Florido, gobernador y capitán general de la provincia de Guipúzcoa. El grupo de guardias marinas zarpó de Pasajes, a bordo de los navíos San Luis, San Fernando, San Pedro y San Juan Bautista, que arrumbaron a Cádiz, donde desembarcaron los guardias marinas para alojar su academia y posada en las casas de los Villavicencio, en el barrio del Pópulo (en las proximidades del actual Ayuntamiento), donde constituyeron la Real Compañía de Guardias Marinas. Su primer
reglamento fue redactado por Patiño y se compuso de 99 artículos que habían de tener fuerza de ordenanzas. En el primero de ellos se decía: «La Compañía de Guardias Marinas deberá componerse de un capítán, un teniente y un alférez, debiendo ser la brigada a lo más de 50 Guardias Marinas que deberán asi mismo tener cada una un Brigadier y dos Sub-Brigadieres. Las circunstancias que debe tener un Guardin Marína para ser admitido es la de  ser Hijodalgo al uso de España o hijo de capitán». Para atender la instrucción de los jóvenes se formó una academia compuesta por un director primer maestroal que estaban subordinados los restantes maestros en número de nueve. Las asignaturas fundamentales eran: Matemáticas, Náutica, Artillería y Maniobra, con los complementarios de idiomas, dibujo, táctica,esgrima y baile. EI primer capitán de la Compañía fue el brigadier don Luis Dormay.

La Carraca acogió en 1824 al Real Colegio Militar de Guardias Marinas.

La Carraca acogió en 1824 al Real Colegio Militar de Guardias Marinas (Foto Armada Española)

De San Fernando a Marín

En Cádiz estuvo la Compañía de Guardias Marinas hasta 1769, que se trasladó a la Casa del Sacramento en San Fernando. En 1776 se establece que cada uno de los tres departamentos marítimos la tenga, por lo que al año siguiente se abren las de Ferrol y Cartagena. La Guerra de la Independencia paralizó las academias y sus alumnos pasaron a los batallones de Marina y Cuerpos del Ejército. Terminada la contienda, solamente se recuperó la actividad de la de San Fernando, trasladándose en 1824 a La Carraca. En 1845 se crea el Colegio Naval Militar de San Carlos, que viene a regirse deforma similar a la de la antigua Compañía ingresando aún por gracia, pero en la nueva clase de aspirantes de Marina. La revolución de 1868 trajo consigo la clausura del Colegio Naval, dando paso a la Escuela Naval Flotante a bordo de la Fragata Asturias, al mando de Victoriano Sánchez Barcáiztegui, fondeada en La Graña (Ferrol).

Imagen de PPKO del desfile de inauguración de la Escuela Naval Militar. Presidió los actos en Marín el Jefe del Estado, a quien acompañó el entonces Ministro de Marina, Don Salvador Moreno.

Imagen del desfile de inauguración de la Escuela Naval Militar. Presidió los actos en Marín el Jefe del Estado, a quien acompañó el entonces Ministro de Marina, Don Salvador Moreno.

En 1912 se apruebas las bases para la constitución de la Escuela Naval Miltar, que fue inaugurada al año siguiente en el antiguo edificio del Colegio Naval de San Carlos, en donde permaneció hasta 1943 en que se trasladó a su actual emplazamiento de Marín, levantada sobre la que fue Escuela de Artilleria y polígono de Tiro Naval Janer. La decisión de traslado a Marín fue tomada en 1939, siendo Ministro de Marina Don Salvador Moreno y Fernández. Poderosas fueron sin duda 1as razones que determinaron este traslado, pero sin duda entre ellas no dejarían de figurar las magníficas condiciones geográficas de la ría, espaciosidad, la limpieza de sus fondos, como también el abrigo y la seguridad del puerto, considerado desde muy antiguo como uno de los fondeaderos naturales más preferidos de los navegantes entre todos los restantes de las rías bajas.

Dibujo de PPKO sobre la idea inicial de la ENM de Marín.

Dibujo de PPKO sobre la idea inicial de la ENM de Marín.

Las obras se comenzaron en el mismo año de 1939 y se terminaron el 15 de agosto de 1943 en que con extraordinaria brillantez tuvo lugar la inauguración presidida por el Jefe del Estado. Fue su primer director el por aquel entonces capitán de navío Don Pedro Nieto Antúnez.

El Alimirante Don Salvador Moreno y el que fue el primer Comandante Director y que alcanzó el Almirantazgo: Don Pedro Nieto Antúnez.

El Alimirante Don Salvador Moreno y el que fue el primer Comandante Director y que alcanzó el Almirantazgo y fue también Ministro de Marina: Don Pedro Nieto Antúnez.

Desde un principio la Armada ha procurado mejorar y actualizar las instalaciones a fin de no quedar desfasados los medios didácticos con las nuevas técnicas en uso a bordo de los buques. A lo largo de la Historia de la Escuela Naval los planes de estudio habrán sido o serán más o menos extensos, prácticos o técnicos, pero lo que no varía es la rígida, a la par que familiar, disciplina y el amor sin límites a la Patria España.  Sólo en los períodos de grandeza, de ambición y de perspectivas abiertas España tuvo su mirada colectiva y su ilusión nacional puestos en la mar. Sin Poder Naval no hay fortaleza Patria.

Carlos Sande Amor (Capitán de Navío-R)

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