El Parque Nacional Marítimo Terrestre del archipiélago de Cabrera.
A diez quilómetros al sur del cabo Salines, se encuentra el archipiélago de Cabrera, declarado Parque Nacional Marítimo Terrestre. El primer atractivo de su visita comienza en la travesía, al navegar entre islotes con variedad de formas y la compañía de los delfines y gaviotas.
El archipiélago de Cabrera se separó de la isla de Mallorca hace unos 15.000 años. Está formado por una isla principal, Cabrera, y 18 islotes; el primero en aparecer es Na Foradada, una mole aplanada y paredes verticales. La isla de Cabrera, con un pequeño puerto donde atracan las ‘golondrinas’, tiene una extensión de 1.569 hectáreas y es una sucesión de acantilados, calas, cabos, playas de arena y bellas cuevas de litoral. La más espectacular es Sa Cova Blava, con una enigmática composición natural de luz y color.
Cabrera representa también un importante ecosistema para la fauna y flora. Existen más de 450 especies vegetales y es punto estratégico para muchas aves durante la migración. Aquí se encuentran las colonias más diversas del Mediterráneo occidental, con especial presencia del halcón Eleonor, al que es fácil localizar alrededor de los islotes. La fauna terrestre está dominada por las 10 subespecies de lagartijas que lo habitan.

Por 40 euros persona Marcabrera ofrece una navegación de seis horas. Se puede contratar todo el año bajo encargo directo, y para el público en general está disponible del 1 de abril al 31 de octubre. Se sale de Ses Salines.
Su historia no está exenta de episodios curiosos. Durante los siglos I al VI, existió una población de romanos que elaboraban garum, una sustancia hecha con tripas de pescado que añadían como condimento a ciertos platos y que, al parecer, era afrodisíaca. En el Museo del parque, instalado en un edificio de finales del XIX, pueden verse restos de la cerámica encontrada.
Su castillo, construido en el siglo XIV, sirvió de campo de concentración para 9.000 prisioneros franceses tras la batalla de Bailén. Entre 1809 y 1811 fueron llegando por grupos a la isla; el más numeroso estaba formado por 4.000 hombres, que permanecieron cautivos durante cinco años; sobrevivieron sólo 3.600. Según cuenta la leyenda, existió también un monasterio habitado por monjes rebeldes que bailaban desnudos en la playa.
Para navegar, fondear o bucear por la costa hay que pedir autorización en sus oficinas de Palma (Plaça d’Espanya, 8. Tel. + 34 971 725 010) cabrera@mma.es. Es posible pernoctar en la Bahía.
http://reddeparquesnacionales.mma.es/parques/cabrera/index.htm
Fotografías archivo http://www.spain.info/