Imagen de la flota rumbo a Baiona… el viento no se presentó en la travesía…

El viento jugó una mala pasada a la treintena de veleros que participan en la regata atlántica «crucero» Pornic-Baiona-La Rochelle y obligó a suspender la primera etapa que estaba previsto finalizase este lunes en Baiona con la entrega de premios a los ganadores.

Los apenas 3 nudos que se registraron durante la última jornada impidieron a la flota navegar a vela y las tripulaciones tuvieron que encender motor para llegar al Monte Real Club de Yates, coorganizador de la prueba y punto final de la primera etapa de 455 millas náuticas entre Pornic y Baiona. Sin embargo dado el carácter festivo y de crucero del evento, los organizadores estaban estudiando a última hora de ayer la fórmula de cortar la travesía cuando se vino el viento abajo, para justificar de este modo una entrega de premios… lo más importante la navegación y la amistad.

El Crucero Pornic-Baiona-La Rochelle nació de la anterior Pornic-Baiona-Pornic, puesta en marcha con carácter trianual en 1997 tras el hermanamiento de ambas localidades, que comparten numerosas similitudes en lo referente a sus actividades pesqueras, turísticas y náutico deportivas. Tras cumplir 11 años en 2016, la regata cambió de formato y en este 2019 se convirtió en la Pornic-Baiona-La Rochelle. El crucero está organizado por el ayuntamiento de Pornic con la colaboración de los ayuntamientos de Baiona y La Rochelle, y la participación del Monte Real Club de Yates, el Club Náutico do Pornic y la Asociación de Regatistas de La Rochelle. También colaboran los puertos deportivos de Pornic y La Rochelle.