Estamos en el año deportivamente hablando más importante, el de los Juegos Olímpicos. Cada cuatro años, toca bisiesto y tocan Juegos, es el momento en el que el trabajo de cuatro años se puede ver recompensado o no, pero como todo en la vida, siempre hay unos ganadores y unos perdedores, de forma injusta o no. Lo cierto es que los cuatro años de desconcierto y descontrol que ha vivido la vela española se pueden pagar caros. Que la Real Federación Española de Vela haya sido la única en toda la historia del deporte español en prosperar una moción de censura, la de Julia Casanueva contra José Ángel Rodríguez, lo dice absolutamente todo.

La Asamblea que puso a Rodríguez Santos fue la que luego le sacó de forma aplastante, 55 votos a 5, y todo esto a menos de un año para los Juegos Olímpicos y con unos deportistas pasando penurias y unos directivos con sueldos superiores a un ministro. Y os puedo asegurar que podrán equivocarse, pero la actual junta directiva con Casanueva a la cabeza lo hace de una forma totalmente altruista, y visto como está el panorama, es de admirar. Esperemos que todo este desconcierto vivido por los deportistas, que gran parte de ellos han tenido que sufragar buena parte de sus gastos y que gracias a sus familias y a los que han tenido la suerte de tener un patrocinador, han podido llegar hasta la recta final. Ahora solo queda el último esfuerzo y en el que todos debemos estar unidos por el bien del deporte.

Que se consigan medallas o no dependerá el futuro de muchos, los primeros los deportistas, los que vayan a Río y los que no, pero parece que algunos no entienden lo mismo y, para variar, mirar por sus propios intereses en lugar de mirar por el interés general. Pero este país, por desgracia, es así.