
Los superyates de lujo del emperador romano Calígula
Los superyates de lujo del emperador romano Calígula

En 1928, Mussolini, bombeó hasta que el agua bajó… lo que apareció en el fondo sorprendió al mundo entero. Las primeras partes del barco comenzaban a emerger de las aguas después de más de 1800 años… pocos años después en la retirada de la aviación alemana, los nazis bombardeaban las dos naves de Calígula que fueron destruídas por un devastador incendio…
Al sur de Roma, en pleno Lacio, se encuentra un pequeño y enigmático lago, el Lago de Nemi, que cuenta con tan sólo con una superficie de 167 hectáreas. Sobre el mismo circulan numerosos mitos y leyendas, enriquecidas por el culto que se profesaba a Diana por lo que se llegó a conocer como el «Espejo de Diana» y porque en su orilla meridional se encontraba su «santuario». Quizás esta relevancia espiritual, fue lo que llevó a Calígula, a bañarlo de sangre bajo la disculpa de lo religioso. El historiador romano Suetonio relata que Calígula ordenó la construcción de dos enormes barcazas de recreo en su villa imperial del lago Nemi, hacia el año 37 de la era cristiana. Unas barcazas de gran tamaño (sobre 70 metros de eslora) en una línea que hoy podríamos denominar como «superyates de lujo». Según la historia el emperador romano quiso emular las barcazas de recreo helenísticas con la intención de superar a los antiguos reyes ptolemaicos y deslumbrar al mundo. La idea del singular regidor del mundo conocido, quiso que la primera de estas embarcaciones, fuera un culto flotante a Diana… estando destinado el segundo realmente a yate de lujo y placer sin límites, tanto para la emperador, como para sus invitados.

Lago de Nemi, es un pequeño lago ubicado en el Lacio, no lejos del Albano, al sur de Roma. En los años 20 fueron hallados en perfectas condiciones los restos de dos grandes barcos de recreo pertenecientes a Calígula, denominados los barcos de Nemi
Calígula muere en el año 41 como reza la historia asesinado por su guardia pretoriana y sus dos superyates, son abandonados posiblemente por el odio que le profesaba gran parte de los ciudadanos romanos de la zona influyente de la capital del Imperio. La crónica de su recuperación comienza en el Siglo XV, cuando el cardenal Colonna comienza con le teoría de intentar recuperar los pecios… uno de sus mayores entusiastas del proyecto es León Battista Alberti.La admiración causada por aquel descubrimiento alentó los sucesivos intentos de hacer emerger la nave romana, que se creía obra de Tiberio o de Trajano. En 1535 Francesco de Marchi, al servicio de Alessandro de Médicis, se sumergió en el lago durante más de una hora gracias a un extraño artilugio inventado por Guglielmo di Lorena. Según narra De Marchi en Della architettura militare, logró extraer «tanta madera como para cargar dos mulos», además de «numerosos clavos de metal, tan brillantes y enteros que parecían fabricados aquella misma semana». Además de la quilla de la nave, de madera de ciprés, pino y alerce y recubierta con planchas de plomo y lana embadurnada de pez, vio en su interior suelos de ladrillo y esmalte y restos de algunas estancias a las que no pudo acceder… pero tienen que pasar varios siglos para que Annesio Fusconi empleando una campana de buceo en 1827 comience los trabajos reales para cumplir el objetivo… no obstante pese a la alta tecnología empleada entonces solamente le lograr extraer algunos materiales, caso de trozos de columnas, esculturas y votivos… con la tristeza de dañar el pecio gravemente…
Ya en 1895 Eliseo Borghi, localizaba uno de los superyates de Calígula, logrando extraer varios objetos de cobre, y pronto encontró, aconsejado por los pescadores, el otro pecio a 19 metros de profundidad… Se había demostrado que los barcos de Calígula, no eran una mera leyenda… Pocos años más tarde el ingeniero italiano Malfatti, estudia los dos barcos con un buzo experto de la marina y redacta un informe, donde deja claros todos los aspectos del hallazgo y la viabilidad de su recuperación. Su plan era drenar parcialmente el lago por medio de un gran túnel, desde la laguna hacia el exterior.
Se llegó a la conclusión de que el único medio de rescatar las naves era desecar parcialmente el lago, pero para ello hubo que esperar varias décadas. En 1927, Guido Ucelli, director de una compañía milanesa de bombas y turbinas hidráulicas, prestó los instrumentos necesarios. Mediante grandes centrifugadoras, las aguas del lago fueron aspiradas y llevadas al emisario de Nemi, un conducto subterráneo de 1.650 metros usado en época romana para regular el nivel de las aguas y mantener a salvo el vecino santuario de Diana. En 1928 se inició la excavación. Durante la primavera del año siguiente, miles de curiosos acudieron a admirar la magnificencia y avances técnicos del primer barco rescatado. La vasta operación concluyó con la exposición de los dos barcos en el gigantesco Museo de las Naves, construido al mismo tiempo en Nemi, pero sólo pudieron admirarse algunos años. La noche del 31 de mayo de 1944 un incendio devastador, alimentado con la madera de los barcos, los dejó convertidos en cenizas. Unos culparon del desastre a destacamentos alemanes en retirada; otros, a ladrones que buscaban el plomo de las embarcaciones. De las gigantescas naves de Calígula sólo se salvaron los bronces más preciados, que poco antes se habían puesto a salvo en Roma, donde aún hoy se exponen.

Las naves medían 70 metros de eslora por 20 metros de manga… con una gran calidad en su construcción y acabados: pan de oro, suelos de mosaico, mármoles, y una sorprendente tecnología, como la empleada en su construcción que reflejan la gran capacidad técnica de los constructores y arquitectos navales romanos en aquellos lejanos tiempos del pasado (Museo de Calígula)
En el fondo del lago de Nemi podría permanecer oculta la tercera nave de Calígula. El gobierno municipal de Nemi, encabezado por su alcalde Alberto Bertucci, ha iniciado, tras la aprobación de la Junta Municipal, el proceso de captación de fondos en apoyo del gran proyecto. Algunos estudios habrían mostrado que existe una posibilidad real de que el fondo del lago albergue todavía la antigua embarcación. El hallazgo de esta auténtica “joya histórica” sería un hito que supondría el relanzamiento no solo del Museo de las Naves de Nemi sino también de todo el valle del lago, que representa ciertamente un museo arqueológico a cielo abierto. La pequeña localidad castellana -Nemi pertenece a la región conocida como los Castelli Romani- está abierta a la colaboración con organizaciones, asociaciones, sociedades, historiadores, arqueólogos y protección civil con el fin de alcanzar el objetivo.
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